
Una mentalidad o “mindset”, es un conjunto de creencias que modelan una forma de pensar, lo que se traduce en patrones de comportamiento. Ciertos sistemas de creencias están profundamente arraigados en nuestro cerebro, por lo que, frente a ciertos estímulos responderemos de la misma forma una y otra vez, casi sin pensar.
Algunos de esos patrones los hemos aprendido de niños, pero ahora de adultos no siempre esa mentalidad que nos ha acompañado por tantos años, es la que más nos sirve. La buena noticia es que gracias a la neuroplasticidad del cerebro, podemos aprender y cultivar nuevos patrones de pensamiento.
Hay ciertas mentalidades que tienen un profundo impacto en nuestra vida, en nuestro éxito, en nuestras relaciones e incluso pueden llegar a afectar cuántos años vamos a vivir. Dada la importancia que tienen, vale la pena descubrir y aprender qué mentalidades tenemos y cómo cambiarlas.
Hace unos años, aprendí la importancia y el impacto que ésta tiene en los resultados, cuando cursé un programa en Silicon Valley. Compartí con 80 personas de 40 países y cada una de ellas tenía un historial de logros. Como parte del programa había un desafío: crear compañías que impactaran a un billón de personas, en 10 años. El reto era tan grande, que obligó a cada uno de nosotros a expandir al límite nuestra creatividad en investigación y ejecución. Me asombré de los resultados. Me impactó como cada grupo logró cosas inimaginables y me pregunté, ¿qué tiene de diferente este grupo de personas de las demás? Sabía que no las definía su coeficiente intelectual, era algo más, algo distinto, ¿pero qué exactamente? Era su mindset, eso los hace diferentes, tienen creencias y una forma de ver el mundo diferente a los demás.
Desde ese momento que el tópico de la mentalidad tiene un lugar especial dentro de mi aprendizaje y quiero compartir dos tipos de mentalidad que ayudan a alcanzar el máximo potencial de cada uno.
Mentalidad de Crecimiento o Growth mindset
Se ha identificado que “aprender a aprender”, es una de las habilidades más valoradas por las empresas, ya que requieren personas que puedan adaptarse rápidamente a los cambios en el mundo y eso significa que en nuestra vida debemos aprender y desaprender de manera constante.
Dado el desafío del cambio constante, conceptos como “estudiante de por vida”, es algo que llegó para quedarse. Más allá de las habilidades específicas que una persona requiere, el reflexionar y conocer cómo pensamos acerca de nuestra capacidad de aprender tiene un profundo impacto en cómo enfrentamos el proceso.
Carol Dweck introdujo la teoría de Mentalidad de Crecimiento o Growth Mindset en su libro “The New Psychology of Success”. Antes de avanzar, para conocer más la mentalidad que tienes, responde con un SÍ o un NO a las afirmaciones que aparecen en su libro:
- Tu inteligencia es algo muy básico acerca de ti que tú no puedes cambiar mucho.
- Tú puedes aprender nuevas cosas, pero tú no puedes realmente cambiar cuán inteligente eres.
- Tú eres un cierto tipo de persona y no hay mucho más que puedas hacer para realmente cambiar eso.
- Tú puedes hacer las cosas de manera diferente, pero las partes importantes de quien tú eres no pueden realmente ser cambiadas.
Si respondiste que SÍ al menos a una, es posible que tengas una mentalidad fija. Se basa en la creencia de que la inteligencia y la personalidad están talladas en piedra y que no es posible cambiarlas. Una persona con mentalidad fija tiene un deseo de mostrarse inteligente y tiene una tendencia a evitar desafíos, rendirse frente a los obstáculos, ignorar la crítica útil y sentirse amenazado por el éxito de otros.
Es posible tener mentalidad fija en un ámbito particular de la vida, en tus relaciones de amistad, de pareja o en el trabajo. Puede que ocurra en contextos específicos, por ejemplo, que consideres que no puedes aprender algo: “soy malo para el dibujo”, “soy mala para…”. Cualquiera sea el lugar donde se haga presente, está mermando tus oportunidades de crecer y desarrollarte, pero no te alarmes, hay una buena noticia: es posible cambiar y aprender a tener mentalidad de crecimiento
“Las personas con mentalidad de crecimiento creen que el verdadero potencial de una persona es desconocido y no conocible, que es imposible prever lo que se puede lograr con años de pasión, trabajo y entrenamiento”.
Dweck, Carol. Mindset: The New Psychology of Success (p. 7).
Las personas con mentalidad de crecimiento ven el esfuerzo como la ruta a ser expertos, aprenden de la crítica, encuentran inspiración en el éxito de otros, abrazan los desafíos y persisten cuando enfrentan contratiempos.
Junto con medir la mentalidad de una persona, es posible medir la mentalidad de un grupo u organización. Hace un tiempo, tuve una sorpresa al ver en cada sala de reuniones de Microsoft un póster sobre mentalidad de crecimiento y sus características. Satia Nadella, CEO de Microsoft, destacó el mindset de crecimiento como una de las cuatro bases de la cultura organizacional de una de las principales empresas tecnológicas del mundo que tiene la característica de cambio constante y que se reinventa cada año, es decir, es una organización que promueve que cada uno de sus colaboradores abrace los desafíos y vea los fracasos y errores como oportunidades de aprendizaje y que esté abierto a ese aprendizaje.
Carol Dweck dice que el cambio desde la mentalidad fija toma tiempo. La suerte que tenemos es que cada día hay desafíos nuevos, donde podemos de manera consciente elegir tener mentalidad de crecimiento. Ella aconseja reflexionar cada mañana frente al espejo y preguntarse:
¿Cuáles son las oportunidades para aprender y crecer que tengo hoy?
Durante el proceso de aprender, ya sea asociado a un nuevo trabajo, cómo ser mejor amigo o pareja, cómo mejorar tú mismo, seguramente habrán fracasos o dificultades. Cuando eso ocurra puedes pensar que no eres suficientemente inteligente o capaz. Si bien un fracaso o falla es un proceso doloroso, no define quién eres. Lo que te muestra es que hay algo que tienes que aprender. Cambiar a una mentalidad de crecimiento permite ver los fracasos como oportunidades para crecer y seguir desarrollándote.
Optimismo aprendido
Es intuitivo pensar que a una persona optimista le irá mejor en la vida y es así, la ciencia ya lo ha demostrado. Una persona optimista tendrá un mejor trabajo, mejores relaciones de amistad y pareja y mejor salud que una persona que no lo es. Lo que no es intuitivo pensar es que el optimismo se aprende y por ende, se puede aprender en cualquier momento de la vida.
Martín Selingman, psicólogo de la Universidad de Pensilvania e impulsor de la Psicología Positiva, en su libro “Learned Optimism”, nos dice por qué los optimistas tendrán mejores resultados:
“Las personas más optimistas serán las más persistentes. Son las más inmunes a la desesperanza. Ellas y ellos nunca se rendirán, no importa cuantos rechazos y fracasos encuentren”
Martin Selingman, Learned Optimism
Este hábito de pensamiento se aprende en la niñez y adolescencia y proviene principalmente de nuestra madre, está relacionado a la forma que tenemos de explicarnos a qué atribuimos los buenos y malos eventos en nuestra vida. Este hábito nos llevará a ciertos comportamientos muy diferentes si somos optimistas, que si no lo somos.
Sigamos profundizando sobre cómo comprender cuál es nuestra mentalidad. La teoría señala que en el estilo de explicación frente a los eventos que nos suceden hay tres dimensiones principales:
- Personalización: Lo atribuyo mi o a otros
- Permanencia: Es permanente a través del tiempo.
- Generalizado: Ocurre en diferentes ámbitos.
Martin Selingmar, señala que una persona pesimista explicará la causa de un mal evento de forma personal, permanente y general. Por ejemplo: una persona pesimista que trabaja en ventas realiza una llamada y recibe un rechazo, explicará este mal evento de manera personal cómo “No soy bueno”; de manera permanente como “nadie quiere comprar un seguro” o de manera general como “nadie está comprando nada”.
La clave está en la conversación interna que este vendedor tiene consigo mismo. Al explicarse la situación que acaba de ocurrir de una manera personal, permanente y generalizada, tendrá muy poca energía para continuar haciendo los llamados que tiene que hacer.
En cambio, frente a la misma situación adversa del rechazo una persona optimista podrá explicarlo diferente, por ejemplo dirá: “el prospecto ya tiene un servicio similar, pero sé que dos de cada 10 no lo tiene”. Esa es una explicación que no es personal (el prospecto ya tiene ese servicio), específica y no generalizada, ya que lo explicación es asociada al contexto donde se generó el rechazo.
Para esta persona con mentalidad optimista generar el siguiente llamado no será difícil y así será hasta concretar una venta y este buen evento le dará energía extra para continuar. Un mindset optimista es la clave de la perseverancia.
Hasta acá hemos hablado acerca de cómo nos explicamos los eventos negativos, pero ¿qué ocurre frente a eventos positivos? La explicación es justo la contraria, una persona con mindset positivo se dirá que lo atribuye a él o ella, es decir, lo hará personal y lo considerará permanente a través del tiempo y de forma generalizada.
Siguiendo el ejemplo de la venta, cuando la concrete dirá: “siempre he logrado mis objetivos”. Y una persona con mindset pesimista se dirá: “el comprador justo estaba necesitando este servicio”, es decir, lo atribuye a otro, es específico y no permanente.
Podríamos pensar que debiéramos tener un mindset optimista todo el tiempo, pero imaginemos a un o una Gerente de Finanzas que ve una serie de eventos negativos asociados a una crisis económica de una forma específica, externa y no generalizada. Sin duda pondrá en riesgo a la empresa. El mindset optimista no es positivismo a toda prueba, muy por el contrario, es un mindset optimista “flexible”, que tiene un sentido de realidad y responsabilidad.
¿Cuándo usarlo?
- Si quieres liderar e inspirar a un grupo de personas. Sé optimista.
- Si quieres lograr un objetivo. Sé optimista.
- Si estás preocupado acerca de cómo te sentirás en el futuro. Sé optimista.
- Si tienes un problema de salud. Sé optimista.
Si quieres reflexionar acerca cual es tu mentalidad, haz un seguimiento de manera continua por un tiempo, donde al menos vivas 5 eventos adversos o negativos que te hayan ocurrido directamente y describe lo siguiente:
- Adversidad: Describe la adversidad que estás viviendo.
- Creencias: Reflexiona sobre las creencias o pensamientos que de manera automática vienen a tu mente.
- Consecuencias: Reflexiona sobre qué sientes y cuáles comportamientos se generan a partir de esas creencias y pensamientos.
Si descubres que tienes un mindset pesimista, una forma de cambiar es iniciar discusiones contigo mismo y cuestionar sobre aquellas creencias que te llevan a ser pesimista. Una buena fórmula es buscar las evidencias que sustentan lo que te estás diciendo.
En el ejemplo del vendedor él se dijo: “nadie está comprando este servicio”. Este vendedor si busca las evidencias en pro y en contra sobre lo que ha dicho puede argumentar: “eso es falso porque se han cerrado N contratos el último tiempo”. Frente a la frase “no soy bueno” podrá buscar evidencias que indiquen lo contrario, como por ejemplo la vez que ganó un premio en su trabajo o la vez que logró todas las metas.
En base a las evidencias podrá cambiar sus creencias, hacerlo de manera sostenida cambiará el hábito de pensamiento negativo frente a la adversidad.
“Una vez que has creado el hábito de cuestionar tus creencias negativas, tu vida diaria funcionará mucho mejor y tú serás mucho más feliz”
Seligman, Martin E.P.. Learned Optimism (p. 234).
Si quieres cambiar de mentalidad, lo puedes hacer, el camino no es sencillo, pero está lleno de satisfacciones que inician con el proceso de conocerse mejor y ver como cada día vas mejorando. Vale totalmente la pena el esfuerzo.
En algún momento llegué a pensar que ser muy optimista me llevaría a una utopía, mas ahora creo que es mi potencialidad más grande. Me gustó eso de «Las personas más optimistas serán las más persistentes. Son las más inmunes a la desesperanza» ; sobretodo en esta época donde hacernos inmunes es sinónimo de vida y crecimiento.
Gracias por este post Carolina, te mando un abrazo !